Mi vida esta siempre en desarrollo, nunca estable, intentando mejorar, sustentado por el amor de mi familia, la biogeografía, la locura del tiempo, lo bizarro y mágico de la realidad, la belleza de la diversidad humana, la pesca, el mar, las sonrisas. Tal como del mundo del desarrollo en el que vivo. A todos los que en mas de 20 países, aun cuando a veces alimentados solo por la incertidumbre, tuvieron tiempo para mí, e hicieron de que mi vida haya superado todas mis expectativas... Gracias

Tuesday, March 02, 2004

Este y O-este



Y aquí siguen mis días en este extraño lugar, que de algún modo no es tan extraño. Esperar al próximo tren en el subterráneo, es una escena diaria, que mas allá de lo obviamente obvio, llámese el alfabeto en el que esta escrito el nombre de la estación y el hecho de que se que estoy en Armenia, la sensación general no me es muy distinta a haber hecho lo mismo en Buenos Aires... la fisonomía mal afeitada de esa realidad del anden, la mirada cansada de la gente en la mañana, el lenguaje físico de las dos personas hablando al lado mío, que tranquilamente podrían llamarse Héctor y Rubén...

La actitud pseudo soberbia de esa señora que esta sentada alla... la zapatillas y el pulóver absurdamente grande del chico que pasa vendiendo biromes entre la gente... es como que capa superficial de pintura con la que esta pintada la realidad acá no es muy diferente de la que me acuerdo en
Argentina, es como comparar dos cuadros que se parecen, pero fueron sacada en lugares distintos...

Pero solo te das cuenta cuando comienzas a escarbar en la pintura... Mas allá de la historia y el pasado soviético, mas allá de las caras similares... esto es mas Asia que Europa... pero no de un modo grosero... Y son los péquenos detalles que me lo demuestran... El hecho de que los
sacerdotes usan barba tipo musulmana y la cabeza cubierta... la manera de que se corta y se ordena la fruta en los platos... Lo que ellos piensan que nos gusta a nosotros... la decoración de los lugares para extranjeros... los detalles me matan... siempre fue así...

Creo que eso es lo que hace esta experiencia acá distinta de todas las otras que he tenido... esa doble realidad de distinto y usual...

En otros países fue siempre obvio que era extranjero, y si bien era algo que no me gustaba, era fácil ser identificado... Aquí no, todo lo contrario... nadie, pero absolutamente nadie... me ha hablado de principio en ingles... nadie me ha traído un menú que no sea en armenio... y cuando hago notar el hecho..las respuesta van de incredulidad a disculpa, aunque algunas veces ofensa... como diciendo... deberías aprender tu idioma por que es obvio de que sos local... muy raro...

Ya por lo visto no hay nada me hace "especial y/o extranjero", por ende, de mi vida personal aquí no hubiera (o hubiese) demasiado que contar, ya que es casi inexistente... mis únicas constantes diarias son el frío que solo se interrumpe durante mí hora de entrenamiento diario en las templadas aguas de la piscina de la asociación Yerevaniense de Natación y Saltos Ornamentales, y la completa ausencia de cualquier tipo de comunicación oral con mis prójimos en tema de índole personal.

Lo que me lleva a caminar las heladas calles cual enajenado, que se ríe solo, detiene su andar para observar a ciertos gorriones bañarse en las pocas fuentes que mantienen agua corriente y maravillarse ante la visión
surreal de gatos callejeros subiéndose en numerales de 2 dígitos a los capot de los automóviles, apenas estos estacionan y el conductor se aleja mas de 5 metros de su vehículo, aprovechando así una fuente de calor gratuita para evitar de este modo, cuadros patológicos de hipotermia felina.

Aunque he conocido en los últimos días, varios argentinos (¿?) ... El aeropuerto se ha privatizado y lo ha comprado un Armenio-Argento (Eurnekian)... que trajo toda la plana pseudo ejecutiva de Buenos Aires con el... así que he escuchado ese porteño marketinero (frase robada a Raul) en un café de Yerevan ... (ridícula vida)...Aun no he decidido, como proceder al respecto... pero bueno...

Sin mas, y ante el llamado de mi labor al análisis concienzudo y pormenorizado de la ley de la Republica de Armenia # 48 sobre la Seguridad Epidemiológica y Sanitaria de la Población, para ver donde puedo encajar un articulo que hable de la certificación de productos pesqueros, me despido atentamente, deseándoles a todos una felicidad equivalente a un camión tanque de Fernet.